viernes, 28 de septiembre de 2012

EL LIBRO DE LOS MUERTOS EGIPCIO Y LOS DIEZ MANDAMIENTOS BIBLICOS


Mostrar las aberraciones, mentiras y sarcasmo con el que toda la humanidad puede estar siendo engañada, solo con el fin de tener un control social, no es que sea anti religioso pero hay muchas cosas en este mundo con respecto a las instituciones religiosas están total mente disfrazada. Al entrevistar al pastor de la iglesia evangélica apóstoles y profetas de La Unión Sr: Noé Gómez y preguntarle si conoce EL LIBRO DE LOS MUERTOS EGIPCIO se muestra sorprendido y dice ¨Pues he escuchado hablar de ello pero no me he interesado por , leer cosas anti-cristianas ¨
Partiendo de la base de que la Biblia no es un texto funerario, ni una colección de sortilegios, como lo es el Libro egipcio de los Muertos, ni que ambos textos presentan una misma composición, ni derivan de una misma cultura y religión, no puede sostenerse una relación directa del Libro de los Muertos con la Biblia.
No obstante, no puede tampoco cuestionarse que el Libro de los Muertos tuvo un papel relevante en la cultura del antiguo Egipto, manteniendo su praxis durante el periodo coincidente con la composición del texto bíblico.
Toda vez que la Biblia es un texto heterogéneo donde se aprecian distintas influencias culturales en su composición (Egipto, Mesopotamia, etc.), no puede descartarse alguna vaga influencia del Libro de los Muertos sobre la Biblia, aunque sea a razón de un hito característico de la cultura egipcia que marco a las poblaciones vecinas, también politeístas y sujetas al dominio de Egipto.
Por consiguiente, este breve artículo únicamente pretende exponer algunos pequeños puntos que aparecen en el Libro Egipcio de los Muertos y que parecen también recogerse vagamente en la Biblia; comensemos por :

LOS DIEZ MANDAMIENTOS
En el capítulo CXXV del Libro de los Muertos (Papiro de Ani) se incluye una lista de juramentos para alcanzar la vida después de la muerte. Estas declaraciones juradas son confesiones negativas, que llevan implícito el mandato de los dioses egipcios a llevar una vida recta; algunas de estas confesiones se asemejan a mandamientos del decálogo israelita de la biblia.

Cap. CXXV del Libro de los Muertos
El papiro de Ani, del Museo Británico - E.A.Wallis Budge .“En verdad, vine a ti y te traigo la Justicia y la Verdad. Por ti rechace la iniquidad”.

1. No herí a hombre alguno, ni hice daño a las bestias
2. No cometí delito en el lugar de la Justicia y la Verdad
3. No conocí mal: No actué perversamente
4. Cada día trabajé más de lo que se me pedía
5. Mi nombre no llegó a la barca del príncipe
6. No desprecié a Dios
7. No causé aflicción, ni ejercí aflicción
8. No hice lo que Dios abomina
9. No hice que su amo obrara mal con su siervo
10. A nadie le hice sentir dolor
11. A ningún hombre hice llorar
12. No cometí homicidio; ni jamás ordene a nadie que matara por mí.
13. No perjudique a la gente.
14. No hurte lo ofrendado en los templos; ni robé las tortas de los dioses.
15. No me llevé las ofrendas efectuadas a los bienaventurados difuntos.
16. No forniqué, ni mancillé mi cuerpo.
17. Ni acrecenté, ni disminuí las ofrendas debidas.
18. No robé de los huertos; ni pisoteé los campos.
19. No hice agregados al peso de la balanza; ni aligeré el peso de los platillos.
20. No quité la leche de la boca del infante.
21. No aparté el ganado de sus apacentaderos.
22. No tendí trampas al ave acuática de los dioses.
23. No pesqué peces con carnada de sus propios cuerpos.
24. No hice regresar el agua en su marea alta
25. No interrumpí el cauce del agua corriente.
26. No extinguí la llama en su plenitud.
27. No descuidé las estaciones para las ofrendas asignadas.
28. No alejé el ganado separado para el sacrificio.
29. No impedí las procesiones del dios.

Éxodo, 20:1-17, 34:28, Deuteronomio 5:6 21 y 10:4 de la biblia
1. No tendrás otros dioses delante de mí.
2. No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.
3. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.
4. No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.
5. Acuérdate del séptimo día para santificarlo. “Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas; pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades. Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el sábado y lo declaró santo.
6. Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da”.
7. No matarás.
8. No cometerás adulterio.
9. No robarás.
10. No darás falso testimonio contra tu prójimo. “No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.
LA BALANZA DE MAAT
El Libro Egipcio de los muertos contiene la escena del pesaje del corazón del difunto. El corazón emblema de la conciencia es pesado en la balanza y en el otro extremo es pesada la pluma emblema de la ley. Arriba doce dioses observadores están sentados sobre sus tronos: “Te ruego, oh tú que pesas lo justo, que guíes la balanza para que se estabilice”
La balanza fue una herramienta de uso común en el próximo oriente antiguo para pesar productos mercantiles junto con oro, plata, cobre, etc. La Biblia da mucha importancia al uso correcto de las balanzas
EJEMPLOS DE LA BIBLIA:
Levítico 19:35-36:”No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida. Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto”.
Pero la Biblia no solamente hace referencias a la balanza como dispositivo para el pesaje de productos en las transacciones comerciales (Amos 8:5, Proverbios 16:11; 20-23, Isaías 46:4; Jeremías 32:10, etc.). En el libro de Job podemos leer el pesaje del hombre ante Dios de manera similar al Libro
Egipcio de los Muertos: 
Job 31:5-6: “Si anduve con mentira, y si mi pie se apresuró a engaño, péseme Dios en balanzas de justicia, y conocerá mi integridad”
En definitiva, a lo largo de este artículo hemos visto unos pocos pasajes bíblicos que parecen recoger algo similar al contenido del Libro de los Muertos, sin embargo también hemos observado que estas posibles similitudes son genéricas, hasta el punto de no poder hallar una relación directa entre ambas, bien porque tales puntos en común también lo son con otras culturas no egipcias, bien porque otros textos que no son El Libro de los Muertos también contemplan similitudes o finalmente porque los puntos coincidentes son más bien vagos o lejanos.
No obstante, aunque se trate de pequeñas influencias genéricas o indirectas de esta obra egipcia sobre la Biblia, lo son por su dilatado periodo de vigencia y por su gran trascendencia en la cultura egipcia que influyó al igual que otras culturas en la composición de las Sagradas Escrituras, hasta el punto que el egiptólogo alemán Karl Richard Lepsius, cuando lo tradujo y le puso el nombre de “Libro Egipcio de los Muertos” pensó que se trataba de la antigua Biblia egipcia.





viernes, 7 de septiembre de 2012

PERSÉPOLIS EL ESCENARIO DEL PODER

Fundada por Darío I el Grande y destruida por Alejandro Magno, "la ciudad de los persas" mostraba en toda su gloria el poder del Rey de Reyes persa, dueño de un imperio que iba del Mediterráneo al Indo.
En 1979 La UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad, las ruinas de la ciudad Persa.
La ciudad se encuentra en uno de los lados de la llanura Marvdsaht, y por su lado este está protegida por unos cortados o precipicios (Kune Rahmat) que vienen a llamarse en su traducción: Monte de la Misericordia. Persépolis es un nombre griego, que en su traducción literal su significado, no es otro que, La Ciudad de Persia.

Persépolis era una ciudad palaciega de la dinastía Aqueménida, por tanto su construcción, data del año 518 antes de Cristo. Darío fue el que la mandó construir y en el año 331 también antes de Cristo, la ciudad quedó arrasada por el ejército de Alejandro Magno, quien la asoló, destruyó e incendio.

Tras haber continuado la obra de Ciro II en Pasargada y paralelamente a los importantes trabajos de construcción emprendidos en Susa, Darío I decidió establecer una nueva capital; esta decisión es generalmente interpretada como una voluntad de distinguirse de la rama principal de los aqueménidas, a la que Pasargada estaba fuertemente ligada.

Eligió para eso una ciudad que ha sido identificada con Uvādaicaya (Mattezsi en babilonio). Esta ciudad debía tener ya cierta importancia política puesto que Darío hizo ejecutar a Vahyazdāta, su principal opositor persa, en 521 a. C. Por otro lado, se atestigua la presencia de palacios y de puertas monumentales que se remontan a Ciro y Cambises II, así como una tumba inacabada probablemente destinada a Cambises. Las tablillas babilonias muestran que se trataba de un centro urbano desarrollado, activo y poblado, que tenía relaciones comerciales con Babilonia, y era capaz de asegurar los medios logísticos y alimenticios para una obra de esta magnitud.

Pierre Briant, historiador de la Persia aqueménida, apunta que la puesta en práctica, cronológicamente cercana, de obras importantes en Susa y Persépolis supuso la movilización de medios considerables. De hecho, estas construcciones entran en el marco de un plan global de reajuste de las residencias reales con vistas a enseñar a todos que "el advenimiento del nuevo rey marca una refundación del imperio".

Capitales aqueménidas: Darío eligió como emplazamiento para su nueva construcción la parte baja de la formación rocosa del Kuh-e Rahmat, que se convirtió así en el símbolo de la dinastía aqueménida. Hizo erigir la terraza, los palacios (Apadana, Tachara), las salas del Tesoro, así como las murallas. Es difícil datar con precisión la construcción de cada monumento.

La única indicación irrefutable es suministrada por las tablillas encontradas en el sitio que atestiguan la existencia de actividad constructiva al menos desde 509 a. C., cuando se produjo la construcción de las fortificaciones.

Se puede atribuir, en cambio, la mayoría de las construcciones a los períodos correspondientes a los reinados de los soberanos posteriores.

Las construcciones de Darío fueron luego acabadas y completadas por sus sucesores: su hijo Jerjes I añadió al complejo la Puerta de todas las Naciones, el Hadish, o incluso el Tripylon, y bajo Artajerjes I en 460 a. C., 1149 artesanos se encontraban presentes en las obras.5 El sitio permaneció en construcción hasta, por lo menos, 424 a. C., y quizás hasta la caída del Imperio persa: una puerta quedó inacabada, así como un palacio atribuido a Artajerjes III. Al contrario de otras construcciones monumentales antiguas, griegas o romanas, la construcción de Persépolis no se llevó a cabo con mano de obra esclava, sino que trabajaron en ella obreros provenientes de todos los países del imperio: Babilonia, Caria, Jonia, o Egipto.

En realidad, los historiadores suelen sostener hoy en día que la razón de la destrucción de Persépolis fue aparentemente de orden político, reflejándose una decisión meditada por parte de Alejandro. Cuando el vencedor había ordenado salvar las ciudades tomadas y especialmente Babilonia, no ahorrando ningún gesto para reconciliarse con la población persa, hizo en Persépolis un gesto de alto alcance simbólico dictado por el contexto persa: el corazón ideológico del poder aqueménida se hallaba siempre en las capitales persas. Habiendo hecho la población un acto de sumisión forzada o voluntaria, permanecía sin embargo todavía vinculada ideológicamente a Darío III, el soberano legítimo, y estaba en malos términos con los conquistadores. La decisión fue pues incendiar el santuario dinástico persa para hacer patente a la población el cambio de poder. Duruy dice así que «Alejandro quiso anunciar a todo el Oriente, mediante esta destrucción del santuario nacional, el fin del dominio persa».

Los escritos antiguos mencionan el arrepentimiento expresado más tarde por un Alejandro apenado por su comportamiento. Para Briant, este arrepentimiento implica, de hecho, que Alejandro reconocía su fracaso político.

La destrucción de Persépolis marca el fin del símbolo del poder aqueménida. El primer Imperio persa desapareció completamente con la muerte de Darío III, último emperador de su dinastía. La helenización comenzó con los seléucidas. Persépolis continuó, sin embargo, siendo utilizada por las dinastías persas sucesivas.

LA ESCLAVITUD EN LOS ISRRAELITS Y LOS PERSAS

La existencia de la esclavitud y sus características en un momento histórico determinado es un indicador fundamental del tipo de moral y del grado de coherencia ética de una sociedad.

La Biblia contiene multitud de referencias a la esclavitud. No la condena, si no que permite la practica regulada, especialmente en el Antiguo Testamento, pero también en el Nuevo Testamento. A los esclavos israelitas masculinos se les ofrecía la libertad tras seis años de servicio con determinadas estipulaciones, sin embargo, si el esclavo era extranjero, él y su descendencia pertenecían a la familia dueña de forma perpetua, excepto en casos determinados. La regulación de la esclavitud en la Biblia y la ausencia de una condena absoluta de la misma como institución, fue utilizada más adelante para justificar la esclavitud por sus defensores. Los abolicionistas también han utilizado textos del Nuevo Testamento para argumentar sobre la manumisión o liberación de los esclavos bajo determinadas circunstancias.
La Biblia dice que “el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo” (Eclesiastés 8:9), y las opresivas formas de esclavitud que el hombre ha inventado quizá sean el mejor testimonio de este hecho. Sin embargo, Jehová Dios no es indiferente al sufrimiento infligido por la esclavitud.

Veamos, lo que les ocurrió a los israelitas. La Biblia nos informa que los egipcios “siguieron amargándoles la vida con dura esclavitud en trabajos de argamasa de barro y ladrillos y con toda forma de esclavitud en el campo, sí, toda forma de esclavitud suya en la cual los usaban como esclavos bajo tiranía”. Los israelitas “continuaron suspirando a causa de la esclavitud y clamando en son de queja, y su clamor por ayuda siguió subiendo al Dios verdadero”. ¿Fue insensible Jehová ante tal situación lastimosa? Al contrario, “Dios oyó su gemido, y se acordó Dios de su pacto con Abrahán, Isaac y Jacob”. Además, dijo a su pueblo: “Ciertamente los sacaré de debajo de las cargas de los egipcios y los libraré de ser sus esclavos” (Éxodo 1:14; 2:23, 24; 6:6-8).


Es patente que Jehová no aprobaba que ‘el hombre dominara al hombre’ sometiéndolo a esclavitud opresiva. Pero ¿no autorizó Dios más tarde la esclavitud entre su pueblo?


La organización social del Imperio persa es poco conocida. La mayoría de los investigadores opina que persistía la división en tres estratos o castas característica, de los pueblos indoiranios e indoeuropeos en general, que aparece reflejada en el Avesta: guerreros, sacerdotes y campesinos.


Estrechamente imbricada con esta división en tres castas, existía una estructura tribal basada en la ascendencia patrilineal. en época de Ciro el Grande la sociedad persa estaba formada por numerosas tribus, "eran los arteatas, los persas propiamente dichos, los pasagardas, los merafios y los maios". Cada tribu se dividía a su vez en clanes: los aqueménidas eran, de hecho, un clan perteneciente a la tribu de los pasagardas. Los cargos de la administración imperial estaban reservados a los miembros de las principales familias de la aristocracia, aunque no era suficiente con la pertenencia a la nobleza: había que contar también con el favor del rey, que era quien disponía los nombramientos y distribuía los cargos en los territorios conquistados.

La práctica de la esclavitud en la Persia aqueménida estaba en general prohibida, aunque hay evidencia de que los ejércitos conquistados o rebeldes eran vendidos en cautiverio. Según atestiguan los documentos de Persépolis, los trabajadores que dependían del Estado en la región de persa no eran esclavos sino asalariados.

Si se cree que los israelitas es un ejemplo a seguir ¿ por qué había más organización social en el imperio persa? Lo irónico es que muchos de aquellos traficantes y propietarios de esclavos fueran, según se dice, personas profundamente religiosa, que había cientos de ellos, europeos y americanos, que alababan al Señor por Sus bendiciones, agradeciéndole los lucrativos y seguros negocios.Algunas personas incluso aseveraron que Dios aprobaba la trata de esclavos. O quizás la institución de la esclavitud había sido “decretada por Dios mismo”.¿Estaba en lo cierto?¿Veía Dios con buenos ojos el secuestro y la violación de jovencitas, la despiadada forma de separar a las familias y las crueles palizas que caracterizaban el comercio de esclavos . ¿Y qué hay de los millones de individuos a quienes se obliga a vivir y trabajar como esclavos en condiciones inhumanas hoy día? ¿Aprueba Dios tal trato cruel?



JARDÍN DEL EDÉN COMPRACION CON PAIRIDAEZA

La Biblia comienza con la historia de creación. La última obra de Dios en la historia de creación fue el establecimiento del jardín de Edén y la ubicación del hombre en el jardín. De allí Dios formó a la mujer del hombre para ser su compañero y su ayudante. En el jardín del edén Dios habría colocado dos árboles especiales, llamados el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida; además, en este huerto, Dios habría colocado a Adán y Eva, para que vivieran. En este lugar, Dios le otorgaría al hombre todo aquello que necesitase para tener gozo, placer y armonía, de este modo no le faltaría nada.

Pero por otra parte mucho A.C. también existió El Jardín persa que se diseñó como una reflexión del paraíso en la tierra; la palabra propio "jardín" que viene de raíces persas.

El jardín persa nace cargado de un fuerte significado simbólico, la palabra que lo designa PAIRIDAEZA, significa en persa, recinto cerrado, jardín. La propia esencia de los pairidaeza es marcar un fuerte contraste con el mundo exterior, caracterizado por su clima incompatible. En radical contraste con el mundo exterior, los pairidaeza se convirtieron en universos impregnados de sensualidad, en los que el agua, los estanques y la vegetación embriagan, con colores, olores y sonidos en todos los sentidos. Es un mundo en el que reina la tranquilidad espiritual, el jardín recrea el paraíso en la tierra. El termino pairidaeza pasa al español como paraíso, que no utilizamos para referirnos a los jardines, sino que en un sentido trascendente y simbólico, lo empleamos para designar el divino jardín reservado para los elegidos en la eternidad, un universo espiritual perfecto.

El jardín persa refleja una forma particular de entender la vida y expresa una idea cosmológica del mundo: las cuatro moradas que forman el universo.

El jardín nace con carácter religioso y divino, como espacio diferenciado cerrado, que hay que buscar o alcanzar. No es de extrañar que estos jardines sustentaran el mito de Paraíso Terrenal y del Jardín del Edén, con los 4 ríos (Tigres, Éufrates, Guijón y Pisón) del paraíso bíblico reflejado en el charbagh. Sin duda a los habitantes de aquellas tierras debieron parecerles auténticos paraísos.






EL AGUA; DE LA PEÑA DE NOHEB, A LAS EXCAVACIONES DE LOS PERSAS

Dios saca agua de una roca y los persa también, solo que de diferentes maneras, la biblia nos relata que; Los israelitas se fueron del desierto de Sin, y se detenían en cada lugar que Dios les ordenaba. Al llegar a un lugar llamado Refidim, acamparon pero no encontraron agua, así que le reclamaron a Moisés: ¡Tenemos sed! ¡Danos agua! Moisés les contestó: ¿Y por qué me reclaman a mí? ¿Por qué dudan del poder de Dios? Pero era tanta la sed que tenían, que comenzaron a criticar a Moisés. Le dijeron: ¿Para esto nos sacaste de Egipto? ¿Para matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales?


Entonces Moisés le pidió ayuda a Dios, y le dijo: ¿Qué voy a hacer con esta gente? ¡Poco les falta para matarme a pedradas!
Dios le contestó:
”Quiero que lleves a los israelitas hasta la montaña de Horeb. Allí estaré esperándote, sobre la roca. Tú adelántate, y llévate a algunos de los jefes del pueblo. Llévate también la vara con la que convertiste en sangre el agua del río Nilo. Cuando llegues allá, golpea la roca con la vara. Así saldrá agua de la roca, y todos podrán beber. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.” EXODO 17:6

Moisés hizo todo esto en presencia de los jefes del pueblo. Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. El agua es la materia y la matriz, la madre y el medio, No hay vida sin el agua. Lo crítico debe determinar lo que es hecho y lo que es ficción, hay otra historia sobre como saco agua los persas, en similitud como la historia de la biblia los persas también obtuvieron el agua de piedras, con mecanismos diferentes ya que los magi que se interpreta como mitad hechiceros y mitad ingenieros hacían excavaciones con cinceles y obtenían agua de las rocas. Los persas también construyeron las actuales tuberías que vendría facilitar la vida de ser humano. Y uno de los sistemas más ingeniosos inventados jamás, el sistema de ganats, tuvo su origen en Persia unos 3.000 años atrás. Este antiguo sistema consiste en llevar aguas subterráneas de colinas y montañas a los campos a través de un túnel artificial en ligero declive, a menudo de muchos kilómetros de longitud. Los túneles están provistos de una cantidad de hoyos verticales para ventilación y mantenimiento, y proveen un suministro fiable de agua potable a los habitantes así como irrigación para los campos.


La ingeniería de precisión y la arquitectura para la creación de los ganats confirman el lugar que ocupaba Persia en las grandes civilizaciones antiguas. El sistema de ganats es tan sofisticado y bien construido que más de 22.000 de ellos con 273.588 kilómetros de túneles subterráneos, siguen en uso hoy día en Irán solamente; por contraste, la mayoría de los acueductos de la antigua Roma hace mucho son meras atracciones turísticas. El sistema de ganats fue tan exitoso que se difundió ampliamente.


Pueden encontrarse esparcidos a través de países con los cuales los persas y luego el Islam comerciaban, invadían y mantenían relaciones, desde China en el este hasta Perú en el oeste.
Todo empezó en el año 518 a.C., cuando los persas introdujeron la tecnología a Egipto: los restos de un ganat construido para llevar agua a través de 150 kilómetros desde el Nilo hasta el oasis de Karg todavía están en uso. El sistema se extendió rápidamente a través de toda la Península Arabe, hasta Pakistán y hacia el nordeste a lo largo de la ruta comercial conocida como la Ruta de la Seda. El museo actual del ganat en Turpan, China, muestra la excelente función de la tecnología y la gran estima de la cual goza al ayudar a los agricultores en el árido nordeste del país.
Aún podemos encontrar evidencia de sistema ganat.en el oeste de México, en las regiones de Atacama en Perú, y en Chile en Nazca y Pica. A pesar de siglos de progreso tecnológico, el ganat sigue siendo tan útil hoy día.
Creo que es más creíble la historia de cómo obtuvieron el agua los Persas y como inventaron un mecanismo que hiciera mas fácil la vida de humano. Al comparar las historias son parecidas con diferencias , como que la forma en la que los persas descubren el agua es más humana que la ficción de la biblia .









CIRO EL GRANDE Y EL MESIAS

El Imperio persa fue el estado más poderoso del mundo hasta su conquista en el 331 a.C. por Alejandro Magno. Ciro fue un gobernante iluminado y tolerante. Entre sus hazañas importantes se encuentra la liberación de los judíos de su exilio en Babilonia, permitiéndoles volver a Palestina, así como la reconstrucción del templo de Salomón en Jerusalén. Evitó habitualmente interferir en las costumbres y religiones nativas. Ciro murió mientras dirigía una expedición contra un pueblo escita del este, el masageta, y fue enterrado en Pasargada, ciudad que había establecido como la capital de su Imperio y donde aún se conserva su tumba.
El comienzo de esta serie sobre la concepción de “mesías” en el judaísmo que nuestro interés primordial es reflexionar si el posible mesianismo de Jesús en caso de que el menos al final de su vida se considerara como tal, de lo que muchos estudiosos albergan dudas implicaba o no que él creyese que comportaba al menos cierta condición divina. Y como no tenemos textos directos en el Evangelio para responder a esta cuestión con toda seguridad, debemos tornar nuestro ojos al judaísmo de la época de Jesús y un poco anterior para ver qué es lo que pensaban los judíos acerca de aquellas personas a los que de algún modo habían aclamado como mesías de alguna manera.


En El Antiguo Testamento no hay mesías. Y nos parece que esta afirmación se acerca a la verdad. Sin embargo, hay dos casos en la época postexílica, en concreto a partir del 539 a.C. en el que el uso empieza a acercarse a lo que podría ser la concepción un mesías rey poterior: el de Ciro el Grande, que no es ni siquiera judío y el de Zorobabel, el último vástago de la rama de David. Pero el que a estos dos personajes se les designe en alguna ocasión con el vocablo mesías, nos señala con nitidez como el que ejerce esa función es un puro ser humano, por mucho que su “contacto” con la divinidad sea sobresaliente. Como la tradición judía, Ciro el Grande, persa de nación, de la estirpe de los aqueménides, conquista Babilonia en el 539 a.C., después de haber derrotado a los lidios; su monarca más era el proverbialmente excesivo y rico Creso. Por necesidades u oportunidad política, Ciro adoptó una política de tolerancia religiosa para con los diversos pueblos de su extenso imperio, para que al menos en ese flanco no hubiera tensiones él.


En el ámbito de esta política Ciro decidió permitir a sus súbditos judíos, los aqueménidas, al conquistar Babilonia se hicieron dueños automáticamente de Israel, que estaba bajo su soberanía desde la caída de Jerusalén en el 587, la reconstrucción de las murallas en la capital de la provincia de Judea, la reconstrucción del Templo de Jerusalén, que existía en semirruinas, y la devolución de los objetos sagrados del Templo de Jerusalén, transportados a Babilonia como señal de dominación.


Así dice Yahvé a su ungido (“mesías”) Ciro, a quien he tomado de la diestra para someter ante él a las naciones y desceñir las cinturas de los reyes, para abrir ante él los batientes de modo que no queden cerradas las puertas.


Podríamos calificar, pues, de “esperanzas mesiánicas” las expectativas de retorno de los exiliados a la tierra de Israel. Pero la figura del”mesías” se aplica un rey, un ser humano, además un gentil, no judío. De alguna manera Ciro fungía el cargo de verdadero “pastor” del pueblo de Israel, al que se le permitía el retorno a la tierra.


Pero es claro que el “mesías” es un simple ser humano. Lo mismo ocurre con Zorobabel. Cuenta Paolo Sacchi en su Historia de Israel en la época del Segundo Templo (Trotta, Madrid, 2004, p. 51) que “Sesbasar, hijo de Joaquín, ocupaba el trono de Judá como rey vasallo cuando Ciro invadió Babilonia.


Por lo tanto, se considera a sí mismo el cumplimiento del Judaísmo, al ser Jesús el Mesías predicho por los profetas judíos. El Mesías vendría al mundo para restaurar la relación humana con Dios. Cuando Israel rechazó al Mesías, Dios extendió las bendiciones del Mesías a las naciones no judías (Los Gentiles). Este rechazo fue predicho antes de que Jesús naciera, y también la aceptación de Jesús en un futuro. Jesús fue identificado como “a quién fue traspasado”, vino al mundo para sufrir y morir por los pecados del mundo, y vendrá nuevamente en gloria y poder para reinar sobre las naciones. En el fin de los tiempos, las naciones pelearán contra Israel, y éste proclamará a Jesucristo como su Mesías.