viernes, 7 de septiembre de 2012

LA ESCLAVITUD EN LOS ISRRAELITS Y LOS PERSAS

La existencia de la esclavitud y sus características en un momento histórico determinado es un indicador fundamental del tipo de moral y del grado de coherencia ética de una sociedad.

La Biblia contiene multitud de referencias a la esclavitud. No la condena, si no que permite la practica regulada, especialmente en el Antiguo Testamento, pero también en el Nuevo Testamento. A los esclavos israelitas masculinos se les ofrecía la libertad tras seis años de servicio con determinadas estipulaciones, sin embargo, si el esclavo era extranjero, él y su descendencia pertenecían a la familia dueña de forma perpetua, excepto en casos determinados. La regulación de la esclavitud en la Biblia y la ausencia de una condena absoluta de la misma como institución, fue utilizada más adelante para justificar la esclavitud por sus defensores. Los abolicionistas también han utilizado textos del Nuevo Testamento para argumentar sobre la manumisión o liberación de los esclavos bajo determinadas circunstancias.
La Biblia dice que “el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo” (Eclesiastés 8:9), y las opresivas formas de esclavitud que el hombre ha inventado quizá sean el mejor testimonio de este hecho. Sin embargo, Jehová Dios no es indiferente al sufrimiento infligido por la esclavitud.

Veamos, lo que les ocurrió a los israelitas. La Biblia nos informa que los egipcios “siguieron amargándoles la vida con dura esclavitud en trabajos de argamasa de barro y ladrillos y con toda forma de esclavitud en el campo, sí, toda forma de esclavitud suya en la cual los usaban como esclavos bajo tiranía”. Los israelitas “continuaron suspirando a causa de la esclavitud y clamando en son de queja, y su clamor por ayuda siguió subiendo al Dios verdadero”. ¿Fue insensible Jehová ante tal situación lastimosa? Al contrario, “Dios oyó su gemido, y se acordó Dios de su pacto con Abrahán, Isaac y Jacob”. Además, dijo a su pueblo: “Ciertamente los sacaré de debajo de las cargas de los egipcios y los libraré de ser sus esclavos” (Éxodo 1:14; 2:23, 24; 6:6-8).


Es patente que Jehová no aprobaba que ‘el hombre dominara al hombre’ sometiéndolo a esclavitud opresiva. Pero ¿no autorizó Dios más tarde la esclavitud entre su pueblo?


La organización social del Imperio persa es poco conocida. La mayoría de los investigadores opina que persistía la división en tres estratos o castas característica, de los pueblos indoiranios e indoeuropeos en general, que aparece reflejada en el Avesta: guerreros, sacerdotes y campesinos.


Estrechamente imbricada con esta división en tres castas, existía una estructura tribal basada en la ascendencia patrilineal. en época de Ciro el Grande la sociedad persa estaba formada por numerosas tribus, "eran los arteatas, los persas propiamente dichos, los pasagardas, los merafios y los maios". Cada tribu se dividía a su vez en clanes: los aqueménidas eran, de hecho, un clan perteneciente a la tribu de los pasagardas. Los cargos de la administración imperial estaban reservados a los miembros de las principales familias de la aristocracia, aunque no era suficiente con la pertenencia a la nobleza: había que contar también con el favor del rey, que era quien disponía los nombramientos y distribuía los cargos en los territorios conquistados.

La práctica de la esclavitud en la Persia aqueménida estaba en general prohibida, aunque hay evidencia de que los ejércitos conquistados o rebeldes eran vendidos en cautiverio. Según atestiguan los documentos de Persépolis, los trabajadores que dependían del Estado en la región de persa no eran esclavos sino asalariados.

Si se cree que los israelitas es un ejemplo a seguir ¿ por qué había más organización social en el imperio persa? Lo irónico es que muchos de aquellos traficantes y propietarios de esclavos fueran, según se dice, personas profundamente religiosa, que había cientos de ellos, europeos y americanos, que alababan al Señor por Sus bendiciones, agradeciéndole los lucrativos y seguros negocios.Algunas personas incluso aseveraron que Dios aprobaba la trata de esclavos. O quizás la institución de la esclavitud había sido “decretada por Dios mismo”.¿Estaba en lo cierto?¿Veía Dios con buenos ojos el secuestro y la violación de jovencitas, la despiadada forma de separar a las familias y las crueles palizas que caracterizaban el comercio de esclavos . ¿Y qué hay de los millones de individuos a quienes se obliga a vivir y trabajar como esclavos en condiciones inhumanas hoy día? ¿Aprueba Dios tal trato cruel?



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